** Notas a Celia **

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Este blog es un sentido homenaje a todas aquellas mujeres que realizan las tareas domésticas en nuestros hogares cuando por las prisas, el trabajo, o el motivo que sea no podemos hacerlo nosotros. Esas mujeres a las que en muchas ocasiones apenas vemos y con las que nos acabamos comunicando, en el mejor de los casos, mediante notas

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miércoles, 25 de noviembre de 2009

Querida Celia:

Es curioso el tiempo que hace ¿Verdad? No te pongas al sol que te asas, pero tampoco te pongas a la sombra que te mueres de frío. !como para no pillar un resfriado!

No me seas quejica con el tema de la rehabilitación. A mi siempre me han dicho que si te duele es que te cura, así que a echarle ganas y fuerza de voluntad.

Una vez más salta a la palestra el día internacional de... y una vez más me siento indignado,me avergüenza vivir en una sociedad en la que se tenga que celebrar el día contra la violencia de género. Además, no sé de qué sirve tanto bombo y tanto platillo al tema si a la hora de verdad, cuando se hacen las concentraciones somos cuatro gatos.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Querida Celia:

Me alegro de que ya estés mejor de tu rotura de brazo. Un día me cuentas qué es eso de ponerte, a tu edad, a patinar por los pasillos encerados y parar poniendo el brazo por delante. ¿Realmente te encuentras con fuerzas para volver al trabajo? Ya ves que las cosas no han cambiado demasiado, por no decir casi nada, en casa.

El aloe vera y el potos no solo se siguen resistiendo a morir sino que cada día están más grandes. Intentando cambiar la lámpara de mi habitación se nos vino un trozo de techo abajo y tuvimos que hacer una gran chapuza que todavía no está del todo arreglada, en la pared de mi despacho cada día hay más fotos. Como te decía nada realmente importante.

Este tiempo sin ti ha sido durillo. Ya sabes a lo que me refiero, no estoy hecho para las tareas domésticas y muchas veces me pueden.
No te diré el número de camisas que se me han quemado con la plancha, pero te diré que sí que me volvió a pasar el gran clásico: Meter una prenda roja con ropa blanca y que te salga toda la ropa rosa. Como ves, se te ha echado de menos.

Cuidate el brazo y no te obligues a hacer lo que no puedas. No tengas miedo que no voy a prescindir por ello de tus servicios.