Querida Celia:
Odio estos días en que me tengo que quedar a comer fuera y salgo de casa a las ocho de la mañana para volver a las ocho de la noche. Llego a casa agotado.
Tengo que echarte una pequeña bronca. El otro día llegué a casa y encontré una colilla en el fregadero de la cocina. Supongo que se te olvidaría de tirarla, pero recuerda que soy muy estricto en lo que se refiere al tema del tabaco.
De nuevo once de septiembre, de nuevo fiesta para los catalanes y tiempo de reflexión para nuestros dos pueblos. Recuerda que el viernes es fiesta. Nunca podré llegar a imaginar el miedo del que hablas cada vez que recuerdas aquellos días de 1973.
Fotografía de: Marina Zamora