Querida Celia:
Tengo que reconocerlo, me ganas por el estómago y es que tus empanadillas no tienen igual. Un día me tienes que decir el secreto.
Si las has traido para que no te riña por los platos rotos no te preocupes, ya estaban agrietados, has tenido suerte que no eran de la vajilla nueva.
He oido que ahora están de elecciones en Chile. ¿Vais a votar desde aquí?